Nervioso, ansioso. Tengo las tres monedas en el bolsillo preparadas. Tres monedas que depararán mi futuro cercano y, probablemente, aquél que sólo puedo imaginar. La primera de ellas la sostengo sobre mi dedo pulgar preparada para ser lanzada. La segunda la acaricio entre mis dedos y no consigo evitar pensar que son ellos los que me dan toda mi seguridad. Son mis dedos los capaces de producir la música que amo. Ellos son los que guardan la suavidad de tu piel, la calidad de tus partes más ocultas, la humedad de tu vergüenza. Ellos, frágiles mas descuidados, poderosos menospreciados. Valioso tesoro que eligen la secuencia de mis palabras, poseedores de mi futuro.
Lanzo la primera moneda observando a cámara lenta las rotaciones, mis posibilidades, la comodidad de un final. Lanzo expectante, lanzo preparado pero desconfiado, lanzo por orgullo.
La segunda la aprieto aún más miedoso que la anterior; miedo de la espera, miedo inseguro. Moneda embrujada capaz de reposar sobre su canto después de haber elegido ambas caras. Moneda de mi felicidad, moneda de mi plenitud; moneda mía, de mi alma, guárdate de mi persistencia, no te dejaré caer por el lado de la soledad, no más.
La última la tengo guardada desde hace mucho, la del soñador, la del lunático. La preparé para que fuera la última, para que dependiera siempre de las otras dos: la que elegiría la continuidad, la que se fijara en las veredas. Permanecerá algún tiempo en la oscuridad de mi bolsillo con la cobardía del jugador, con el miedo del sedentario, con la soledad del ermitaño.
Continúo observando el paso de las caras de la moneda sobre mi cara, gira y gira manteniéndose un momento frente a mis ojos ingrávida, mágica, permitiéndome rezar por el descenso afortunado que me espera. Deseo, deseo para ella ahora que aún puedo. Deseo cerrando los ojos. Deseo recorriendo tu cuerpo una y otra vez. Deseo incontrolable de volver a verte sonreír, de abrazarte, de amarte hasta que no puedas más.
Volveré a amarte, volveremos a gozar el uno del otro como tú y yo sabemos, volverás a rendirte antes de que lance la segunda moneda. Sentirás cómo perpetro tu alma, agito tu vida y erizo tu cuerpo. Sentirás el placer de la sumisión, de nada servirá que te resistas. Naufragaré sobre tu cuerpo, exploraré tus montes, te reventaré muy dulcemente... y te lo haré mil veces... para eso no hay moneda que valga.
lunes, 31 de enero de 2011
Alea Jacta Est
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Voy a salvar un gatito por tu cumpleaños :). ¿puedo elegir el color? ^^
ResponderEliminarcolor, color(8)...¡naranja!
¡FELIZ CUMPLEAÑOS O'MALLEY!