domingo, 29 de agosto de 2010

M-Clan-izándome

Hoy no tengo ganas de hablar, no tengo ganas de explicarme. Hoy le dejaré paso a Santi Campillo y a Carlos Tarque a ver si ellos consiguen haceros entender mis miedos. Éste no es un relato para leer, es para escuchar, para escuchar esta lista de reproducción, sin prisas, intentando comprender, intentando que no todo quede en el olvido.

Comenzaré con algo obvio, es parte del calendario. Es doloroso ver como todo se acaba, como pasan los minutos, los segundos, mi vida, mi ser. ¿Lo sientes? Apenas he estudiado, ni siquiera he visto la luz y aquí estoy, dedicándote el final de mi reloj.

Continuaré intentando hacerte sonreír, es algo más movido pero sé cuánto nos gusta este estribillo, ojalá algunos deseos se hicieran realidad. Tss, calla, Santi Campillo tiene un solo fabuloso, estoy contigo en un momentito...

La siguiente me lleva al insomnio, al futuro, a lo que conocí y a lo que me tocará sentir. Eterno rodeo. Otra vez mirando a través de una ventana abierta. Al menos ya no hay dudas, esta vez es diferente, distinto. El ambiente huele a pérdida y no a desengaño. Nunca llueve a gusto de todos.

Por supuesto, espero que no todo quede en un suspiro, en una pregunta, en un lamento. No podemos predecir el futuro, ni determinar con exactitud el número de dimensiones necesarias para llegar a un porvenir que nos guste. Lo mejor es, como siempre, dejar de fijarse en esa indeterminación y disfrutar del ahora, de las sonrisas, del tacto, de tu calor, de lo que tenemos.

En realidad somos diferentes, muy diferentes. A mí ni siquiera me gusta eso de que haya más de una dimensión mientras que a ti no parece importarte. Lo sé, es culpa mía, fui yo el que batió en duelo su filosofía barata contra una persona que dormía gracias a la cueva de Platón. Siempre fuiste más dura que yo, quizá sea esa una de las principales razones de esa atracción emocional tan fuerte que me lleva hacia ti.

Bueno, todo esto se acaba, lo sé. Se acaban las entradas chorras, las frases sin sentido y el relleno musical. Pronto volverán las paranoias, las noches en vela y el gusto por la oscuridad. Ya te lo dije, una parte de mí estará encantada de que te vayas. Quizá los seguidores de este blog agradezcan leer por fin lo de siempre, lo natural, lo que se esperaban encontrar aquí. Quizá yo mismo lo haga, no lo sé.


Qué gusto da ser infeliz, qué placer el sentir la cabeza estallar en mil pedazos, qué sensación tan especial e irrepetible. Sé que antes de morir recordaré el desamor, la soledad y la melancolía. Jamás conseguiría haceros entender todo eso, pero guardad esos sentimientos bien arraigados, ellos nos hacen ser lo que somos.


Espero que os haya gustado la pequeña selección de M-Clan, no es lo mejor que se me ocurría pero sí ha sido lo más fácil de hacer. Disfrutad la música, ella nos lleva siempre a puntos increíbles y jamás nos abandona.
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jueves, 26 de agosto de 2010

Memorias

Escrito y publicado el 18 de Febrero de 2007, a las 10:13 a.m

Yo lo haré por ti, juro que lo haré.


El mar parecía aún más gigantesco cuando pensaba en ella. Hacía mucho tiempo ya desde que dejó tierra firme, pero aún mantenía su olor en el corazón como una daga firmemente clavada. La noche era tranquila, el agua acariciaba el casco del barco como lo hacía la brisa sobre su rostro. Alzó la mirada hacia el cielo. Las estrellas se veían preciosas, había miles iluminando esa noche sin luna pero, de entre todas ellas, no le fue difícil encontrarla. Era suya, se lo dijo al despedirse de ella. Cogidos de la mano, acostados en aquel acantilado, mirando sin ver, pensando en la distancia que en poco alejaría aquellos corazones, buscando una excusa para poder sonreír en aquellos momentos. La miró fijamente, su rostro se veía triste, apagado el brillo de sus ojos y melancólica su expresión.

–No llores mi vida, no estés triste nunca más. Juro que estaré junto a ti siempre, da igual que no me veas, siempre te protegeré, siénteme cerca.

La besó suavemente en los labios acariciando cada parte de su rostro con sus dedos, secando las lágrimas que resbalaban por su mejilla. Reclinándola hacia él la abrazó, apretándola fuertemente, intentando que su calor permaneciera para siempre pegado a su piel, deseando que nunca amaneciera en aquel acantilado. Allí le prometió ser esa estrella, le prometió ser el sol que le alumbrara la noche, el astro que la acompañaría en sus sueños. Sentados junto al mar vieron llegar el nuevo día, abrazados para siempre en su recuerdo, retratados para siempre en sus corazones.

Un escalofrío le sacó de su nostalgia, el frío de la mañana se acercaba, amanecía y aún no había dormido.

-“No llores mi vida, no estés triste nunca más”- Se repetía a si mismo una y otra vez, arañando el alma en cada sílaba, rompiendo su corazón en cada suspiro. –“Adiós lucero mío”- Repetía también ella desde ese acantilado –“Te veré esta noche, estés donde estés”.
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lunes, 16 de agosto de 2010

In a gadda da vida



Tirado en mi cama escucho a The Band mientras una bocanada primaveral me hace soñar que me enamoro de ti. Creo que no es tan complicado, supongo, ser feliz. Make it easy, baby.

Moriría por tu sonrisa. Desnuda tu alma y déjate llevar conmigo en este psicodélico viaje, no es tan difícil, te lo juro. Hazlo doucement.

Comienza Cream, todo es más sexy ahora. Llega hasta mí en este concierto de luces y emociones, voy a relatarte la historia del valiente Ulises. Recorreré tu cuerpo, yo seré tu Magallanes, yo soy el explorador de tus mares del sur.

No te preocupes, mi vida, no te dolerá nada, ni siquiera eres real, ni siquiera estás aquí aunque yo te haré venir sin dudarlo. Grita, ya te he dicho que no hay problema, siempre serás mía. Perdona que no te conteste, estoy en un torbellino. Charlie don't surf.

All along the watchtower. No mires atrás, ni siquiera pienses mi nombre, yo soy tu sueño húmedo, soy tu íncubo y así me has conocido siempre, yo soy el rubor de tus mejillas, tu sonrisa nerviosa, tu dedo más inquieto. Siénteme cerca, pasarán treinta años y aún me recordarás con añoranza. Not real but deep.

¿Lo escuchas? Tienes Woodstock en tu piel. Intenta no llorar cuando esto acabe, sabes tan bien como yo que ni siquiera ha empezado, aún nos queda lo mejor. Cry Baby. Adoro ahogar tus lágrimas, adoro hacerte llorar de placer.

Rápido, llega alguien. Escapa, huye, salta por la ventana sin demora, intentaré arreglar este desaguisado, que nadie se aproveche de nuestro affair. Dame un último beso antes de irte, deja a mis labios recordarte un poco más. El ocaso nos ha invadido. Espero volver a soñar que me enamoro de ti pronto, es una sensación maravillosa. For what it's worth.
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miércoles, 11 de agosto de 2010

El primer beso

Publicado el 2 de Diciembre de 2006 a las 18:59



Cuando menos te lo esperas, cuando crees que todo está acabado, cuando ya bajabas la cabeza para no volver a levantarla, en el fondo del horizonte aparece una estrella que te devuelve la mirada. Una estrella que te hace volver a desear, a imaginar, a soñar despierto, a escribir, a no darte por vencido. Miras el reloj, te levantas del suelo y te sacudes el polvo: llegas tarde. Sales corriendo del centro de ninguna parte y te diriges hacia esa estrella que te aguarda. Llevas tanto tiempo esperando poder besarla que decides retrasarlo un poco más. Te paras y la observas. La luz de la estrella se refleja brillando en sus ojos con un fuego que, sabes, no eres capaz de resistir.

Sus labios te llaman, una preciosa sonrisa se dibuja sobre ellos como el nacimiento de una rosa. Un escalofrio recorre tu cuerpo y te hace avanzar, te acercas lentamente y rozas sus manos, entrelazas tus dedos con los suyos y, levantándolos, los besas como quien besa a una reina, sin dejar de mirarla a los ojos. Llevas su mano hasta tu pecho y le haces sentir el latir de tu corazón, que sepa que late por ella, por ella y nadie más, y que el día que se vaya tu corazón marchitará. Con la otra mano acaricias su hombro y su cuello, llegando hasta su rostro. Su faz es suave y cálida, la perfilas lentamente, disfrutando cada centímetro de su rostro, cada segundo a su lado. Ella pasa sus manos por tu espalda acercándose a ti, llevando su cabeza hasta dejarlo descansar sobre tu hombro. La abrazas y sientes su cuerpo, es perfecto, cierras los ojos deseando que nunca acabe este momento. Entonces ella te besa la mejilla, despiertas de tu trance y le besas el cuello, sintiendo cómo un calor interno nace dentro de los dos. Llegas hasta su mejilla, ella se gira y te mira a los ojos, un instante, un momento en el que cientos de palabras, de sentimientos, recorren el poco espacio que quedan entre las miradas de dos almas perdidas que se encuentran en medio del camino, persiguiendo cada uno su propia estrella.

Jamás pude describir el momento en el que sus labios se juntaron, pues una luz cegó al mundo, supernova dicen que se llama, pero para mí fue la unión de dos corazones, de dos almas, la unión del amor.

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viernes, 6 de agosto de 2010

No words...?






Sin palabras, sin sonrisas.
Sin dolor no hay libertad.
Sin el olor de las miradas,
sin el calor, sin ti...
lo realmente doloroso:
sin mí
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