martes, 21 de septiembre de 2010

Buen viaje



Cierro los ojos con fuerza, otra vez. Siempre intento evitar ver la realidad, aunque no es del todo cierto, yo diría que lo que intento es evitar la realidad. Creo que a mi alrededor hay unas tres o cuatro personas, no estoy seguro, todas de blanco. Algunos intentan sujetarme, uno pronuncia mi nombre repetidas veces. ¿Qué pasa? Dejadme en paz. ¿Acaso lo vuestro es mejor que lo mío? No me despertéis, dejadme descansar, dejadme soñar.

Me zarandean, hasta me han abofeteado, no me quieren entender... será porque todavía soy incapaz de pronunciar palabra. En mi cabeza aparece un perro negro, es un odio irracional a todo lo que me rodea, son celos, envidia, rabia pura. Rabia... me hierve la sangre de todo lo que siento. Necesito relajarme, dejad de moverme. ¿Qué es eso que me estáis metiendo? Me quema.

Tengo el corazón dando porrazos dentro de mi pecho, late como un caballo desbocado, como uno de esos grandes campeones anabolizados que mueren al terminar el derby. Malditas palabras, malditos hechos, maldita cabeza. Cállate, por favor, no me hables más. Olvídate del tema y cuéntame algo que me pueda interesar. Mi boca sabe a Led Zeppelin, es un sabor extraño, pero es lo único que me viene a la cabeza cuando intento describirlo: es ácido, duro, con rabia y jodidamente genial; completamente psicodélico. Psicodélico... espero que ninguno de los papanatas que me rodea sea un loquero. Me están destrozando el solo de batería de Moby Dick, si pudiera moverme me los cargaría con gusto.

¿Qué habéis hecho, desgraciados? Empiezo a despejarme, cada vez escucho Kashmir más lejana y os escucho más a vosotros, y vuelvo a escucharme a mí, vuelvo a entender mis recuerdos. Y vuelve a doler. Ahora recuerdo por qué me embarqué en este viaje, tampoco me parecía tan mala idea intentar alejarme de la fuente del dolor.

Dejad de mirarme, me da igual lo que penséis de mí, es mi elección, es puro arte, no hay nada mejor, esto es rock'n roll. ¿Dónde estarás ahora? Tampoco me interesa, el brazo del que cuelgas no es el mío, nada más me importa. Siempre fue lo mismo, siempre gusté de pasar la tarde destruyéndome con las canciones que hicieron épocas mejores y a ti nunca te gustó que lo hiciera. Supongo que por eso le llaman libertad, así como supongo que por eso no me llegué a enterar del momento en el que te soltaste de mi mano. Nada parece tan traumático con la canción del inmigrante de fondo, lástima que llegara el momento en el que saltara la aguja del disco. No hay nada más silencioso que tu ausencia, nada más doloroso que la realidad en la que me dejas.

No me culpes, ya sabías cómo era, sabías lo que haría. Ahora me toca disfrutar de esta oscura soledad. Dejad de intentar salvarme, está escrito, es mi escalera hacia el cielo.
[...]

lunes, 20 de septiembre de 2010

Vueltas



Maldita sea, ojalá usaras un perfume más fuerte o, mejor, ojalá tuviera olfato suficiente como para reconocerte. Doy vueltas entre mis sábanas buscando un último rastro de tu presencia: un poco de rimmel, un olor, un pelo, una lágrima... lo que sea.

En estas sábanas suceden demasiados errores, demasiados sentimientos, demasiada felicidad para lo que nos proponíamos, demasiada intensidad para decirnos adiós.

Viajo por este camino que es el destino intentando entender los cambios que suceden a mi alrededor. Sé que no crees en estas cosas, sé que aún confías en el libre albedrío... pobre, aquí no elige nadie. Cada palabra que digas modificará tu futuro, pero cada palabra que puedas pronunciar ya habrá sido escrita con anterioridad. No lo intentes, todo está firmado, tranquilízate y búscate a ti misma. Descubre tu verdadera felicidad, descubre aquello que te haga especial, aquello que te haga sentir bien y aférrate como nos aferramos siempre al pasado, convirtiendo cada respiración en un terremoto sin epicentro.

Yo vigilo tu sueño, duerme en paz, descansa mientras te acaricio. ¿Me sientes? Ojalá estuviera ahí contigo, ojalá no tuvieras que soñar para sentirnos, al fin y al cabo no hay nada mejor. Bueno, voy a salir a caminar un rato, necesito algo de aire fresco, dejo aquí el paraguas... nunca me ha importado mojarme.

Me dirijo hacia aquella colina. En lo alto creció un olmo que debió ser precioso en su momento, ahora sólo sirve como silueta para el horizonte y refugio para algún que otro búho. Desde aquí veo la ciudad, siempre adoré dibujar este paisaje, a lápiz sobre negro. Mis trazos brillan aunque apenas se distinguen, eso será lo que hace de mi obra algo menos espantoso.

Hermoso mundo ahora que todos duermen, precioso tapiz. Esta es mi imaginación y yo soy el titiritero, no te preocupes si una mano te dirige de madrugada, soy yo el que te arropa. Sigue sonriendo. Me sentaré a esperar el amanecer, sé que mirarás atrás y me verás a lo lejos, empapado, quieto, tranquilo. No te olvides de decir adiós cuando desaparezcas, las maneras es lo último que debemos perder, la compostura desapareció hace ya mucho.

Qué lento pasa el tiempo con nostalgia, qué lento pasa el tiempo con insomnio...

¡Espera! ¡Por fin me ha parecido encontrarte! Algo queda en esta esquinita de tu esencia. Ya podré dormir tranquilo... que se encargue el yo de mañana de dejar de sonreír.

[...]

domingo, 12 de septiembre de 2010

Palabras calladas



Un abrazo y cuídate.
¿Qué es aquello que no pronuncias?
Es un suspiro, son palabras ahogadas.
Palabras que se pierden en mi pecho.

Es echar algo de menos,
la impotencia de lo inevitable.
Es mirarte a los ojos
y apartarte la mirada.

No decir que lo paso mal
y atragantarme con el nudo
que se forma en mi garganta.
Un susurro conlleva miles de palabras,
un susurro te dice dónde deseas estar
y a quién abrazar.
Un susurro trae dos gardenias,
un ramito de violetas y una rosa
siempre roja.

Un susurro te abraza, te besa,
te hace el amor.
En un susurro nadie se entera
pero siempre sonríes
y te das cuenta de que en el fondo
inevitablemente, me quieres.

¿Tú también suspiras?
Exhalas y yo imagino
que todo lo que no me dices
iba dentro de ese suspiro.


Por favor, no empieces
a pensar...¡no pienses!
No es más que un suspiro
que se pierde y... ya se ha ido.
[...]

jueves, 9 de septiembre de 2010

Sindicalistos



A mis queridos sindicalistas y sindicalistos:

Hoy me he dado cuenta de lo poco que falta para la huelga general y la aprobación de la reforma laboral, en el trabajo los compañeros comienzan a preguntar para saber qué hará la mayoría. Todos saben que la situación clamaba a la huelga, pero a nadie le gusta perder un día de sueldo con todos los pluses que ello conlleva para algo que está hecho tarde y mal.
Por supuesto, no puedo desaprovechar la ocasión para utilizar ese derecho fundamental que, como el derecho sindical, todos tenemos gracias a la constitución: el derecho a la libertad de expresión. Pues bien, ahí comienzo:

Altos cargos de UGT, CCOO y demás parafernalia: ME DAIS VERGÜENZA. Siento vergüenza de llegar a pensar que el sindicato vertical hubiera sido más eficiente que vosotros, panda de vendidos sin principios. ¿Cuál es vuestro problema? ¿No queréis enfadar al de la ceja? Al final todo se os fue de las manos, demasiada mierda para taparla con la alfombra sin que nadie lo notara. ¿Cuántas huelgas llevaríais con otro gobierno? Aquí encima os permitís pasar las vacaciones tranquilamente con el 18% de IVA y la reforma laboral con medio cuerpo dentro. ¿Medio cuerpo? ¡HOY se aprueba la reforma laboral!

Aún no habéis llegado y ya lo hacéis tarde y mal. Lo siento pero, ojalá que la huelga sea un fracaso total, ojalá que no salga a la calle ni Cándido Méndez, ojalá que hasta los piquetes se nieguen a manifestarse. Vosotros sois contra los que habría que alzarse, contra Toxo y Méndez, contra los que se llevan en suplidos más que en sueldos. Así no se puede ser el enlace entre los políticos y los trabajadores, no representáis a nadie. ¿Queréis algo eficaz? Proponed soluciones a la crisis, proponed una reforma laboral distinta, manifestad al pueblo contra la anulación del I+D o, al menos, salid a la calle cuando todavía no sea tarde.

Hoy será un día triste para los trabajadores de este país. Hoy, los que todavía estamos por llegar, nos convertiremos en moneda de cambio sin ningún valor. Hoy nos convertiremos en becarios de por vida. Así se arreglan las cosas, sí señor, despreciando aún más lo único que os queda de valor.
Estúpidos conservadores. I+D, patentes, así se gana dinero a largo plazo. Descubrid, inventad algo que el mundo necesite. No le cerréis el grifo al progreso. Legalizad la prostitución. ¿Cuántos pájaros de un tiro? Adiós a las mafias, adiós mano de obra que no paga seguridad social, adiós gente que no paga IVA por el uso de servicios. ¿Queréis más soluciones? Acercaos a cualquier círculo, todo el mundo habla de política, todo el mundo habla de la crisis, a todo el mundo se le ocurre una solución distinta. Tabuladlas, tenéis la oportunidad de hacer un brainstorm con cuarenta millones de personas distintas.

Me da vergüenza que no quede ningún político con dignidad suficiente como para dimitir. Perdón, se me olvidaba, sois funcionarios, ya os ganasteis el sueldo vitalicio. Pues nada, manos a los sobacos y a "trabajar" como Dios manda. Qué mejor manera para solucionar una crisis que hacer como si no existiera. Estúpidas ovejas. Odio pensar que me quedaré aquí, odio pensar que si algún día se soluciona todo esto sea, en parte, gracias a mi esfuerzo. No sé cómo votar para que no quede ningún político de los que vemos todos los días por televisión. No sé qué hacer con mi deber constitucional. Tengo en mi mano un futuro voto y a nadie que se lo merezca.

Siento vergüenza ajena, política y social. Siento vergüenza, otra vez más, de ser español... eso sí, gracias equipo, no podemos olvidar que somos campeones del mundo.

Por cierto, a los sindicalistos, sindicalistas y seguidores de CUALQUIER grupo político: ¿De verdad os seguís tragando las patrañas que os sueltan? ¿Seguís con fe a aquellos a los que confiáis vuestro futuro? Ojalá tuviera vuestro estómago, vuestros ideales, vuestra creencia en la humanidad. Por ahora siento una mezcla de pena y envidia por vosotros, supongo que en un futuro no muy lejano sentiré lo mismo por mí también...

[...]

viernes, 3 de septiembre de 2010

Visitante


Cerré los ojos, conté hasta diez y los volví a abrir; no sirvió de nada. Maldito monstruo, al menos podría ser simpático, hablarme o hacer algún gesto pero no, él estaba ahí, a mi lado, callado e inmutable. Ni siquiera podía sentirme acompañado, daba igual cuánto le dijera o le preguntara, el silencio era siempre su respuesta, su función.

Lo extraño es que no me sorprendió que apareciera, desde el primer momento sabía que yo era la única persona que lo podía ver, así que tampoco supuso un cambio demasiado radical en mi rutina, aunque poco más logré adivinar de él. Eso sí, tenía buen gusto musical. El único gesto que atisbé en su rostro me llegó al escuchar "Karma Police" de Radiohead, una suave sonrisa de aceptación me pareció suficiente razón para seguir escuchando la discografía. Siempre pensé que, lo mejor, en caso de tener un monstruo, sería mantenerlo contento.

Estuve un tiempo pensando en ponerle un nombre, pero ya que como mascota era bastante sosa, lo dejé anónimo. Total, siempre que le hablaba estábamos solos, y él siempre estaba conmigo, a mi alrededor. Eso fue otra de las cosas que me sorprendió, su posición. Si veía la tele se quedaba a un lado pero, si me ponía a estudiar, en seguida se colocaba frente a mi mesa, observándome desde el frente. Menos mal que los que estaban a mi alrededor pensaban que mi mirada al infinito la usaba para memorizar, ya que alguna vez que otra intenté mantenerle la mirada fijamente. Estúpidos ojos hipnóticos, profundos y negros como el tizón. Siempre me observaba, incluso mientras dormía. Dormir era lo más complicado. No le bastaba con mirarme, en los momentos de acostarme se quedaba dando vueltas a mi cama, daba igual hacia dónde apartara la mirada, siempre estaba ahí, acosándome, desvelándome, volviéndome loco hasta caer rendido por puro agotamiento.

Pequeño monstruo anónimo, y pensar que en el fondo te he cogido cariño y todo, supongo que es una especie de síndrome de Estocolmo, de masoquismo. Tus ojos me siguen intrigando, así como el halo de oscuridad que te envuelve constantemente. Yo sé que no eres real, sé que no eres más que una representación que ha hecho mi cerebro debido a una enfermedad mental y, sin embargo, no puedo dejar de pensar en ti cuando no estás y de odiarte cuando apareces.

Ser predecible y cabezota, eres constante hasta el final. Eres frío aun causando en mí toda esa mezcla de sensaciones que sólo tú eres capaz de conseguir. Eres una lacra en mi vida, eres ironía, eres, sin duda, sentimiento.
-¡Sentimiento! Ya está. ¡Por fin lo decidí! Por fin lo he conseguido: tu nombre no debe ser otro que Soledad. Tú eres el que viene a mí cuando menos lo necesito, tú eres el que me acompaña en todos esos momentos tan inoportunos. Por fin te he reconocido. Pues espero que te hagas a otros grupos musicales, creo que vamos a pasar una larga temporada el uno junto al otro, otra vez.

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