Aquí tienes para ti un ramito de violetas. No puede ir sin tarjeta, no puedo ser anónimo... pero tampoco lo deseo así. Lo que sí deseaba era hacerte sonreír, deseaba que pensaras en mí desde allí, que viajaras con algo más que la maleta.
Siempre tendrás una rosa roja, dos gardenias y, ahora, unas cuantas violetas. Es un conjunto extraño, una mezcla nada pareja pero un mensaje bastante claro.
Hacía días que no sabía de ti, semanas que no hablábamos y meses que no sonreíamos a la par. Esta vez no voy a intentar seguir escribiendo, sólo quería darte un paupérrimo presente que pudieras guardar todo el tiempo posible. Cierra los ojos, princesa, cierra los ojos y bésame, bésame sonriendo, bésame y no dejes de hacerlo, no esta noche...
martes, 9 de noviembre de 2010
Nueve de Noviembre
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cierro los ojos y sonrío. claro que sonrío. es inevitable...
ResponderEliminarTu sensibilidad queda manifiesta en cada una de tus apariciones por este mundo tan consternado de amarguras donde de vez en cuando tenemos la fortuna de encontrar un ser tan maravilloso y admirable como tú.
ResponderEliminarNo nos prives del deleite de leerte, conocerte es fácil, te transparentas en cada una de tus aportaciones a este submundo literario.