Axel vió cómo todo lo que soñó se destruía. Ante él cayó la torre de Babel que tan cuidadosamente había preparado para ella.
Demasiado alta- dijo despreciando la obra mientras volteaba esperando algún presente que le satisficiera.
Bueno, no fue tan doloroso como otras veces, ya había dejado el pilar principal a la vista, preparado para destruirse sin apenas montar escándalo; al menos fue previsor.
El polvo húmedo de las ruinas embadurnó la pernera de su pantalón hasta las rodillas mas, sin embargo, ni siquiera lo miró. Mejor hacer como que nada existió. ¿Dónde dejé las herramientas?- preguntó tan solo para escuchar su propia voz y recordar que él no se derrumbó con la torre. En esta vida, la muerte es el único problema sin solución- se repitió a si mismo una y otra vez mientras agarraba el cincel con el que tantas piedras había tallado. Recogió los planos y los guardó junto a todos los anteriores, en realidad los miraba con optimismo, guardaba la esperanza de conseguirlo. Dejó el casco en el perchero, se puso el abrigo y salió. En la calle todo seguía siendo igual de oscuro, igual de frio. Las luces de navidad solo lograban molestarle por la energía perdida. El vaho que emanaba de su respiración encima le recordaba el síndrome de abstinencia que él mismo se había provocado. Cristales empañados con manos dibujadas, lágrimas congeladas como minúsculas estalacticas. Es imposible llorar con este frio, por lo menos podremos brindar por un nuevo final.
Un poco más caliente por el brandy recién ingerido consiguió llegar a su portón. En el buzón, publicidad con grandes actores vestidos de Santa Claus regalando bajos precios y promoviendo compras compulsivas además de un par de facturas domiciliadas. Ni siquiera tuvo que encender la luz para llegar hasta su estudio donde se dejó reposar en el sillón modelo ejecutivo mientras tiraba sin ganas la bufanda hacia ninguna parte. Así, entre penumbras, pasó Axel el resto de la noche, rememorando la caída de su obra más grandiosa, intentando aprender y mejorarla, cansado de fallar una y otra vez, cansado de volver siempre al mismo problema.Ya a punto de rendirse se durmió sin descansar, obligado por la fuerza de la rutina que lo mantenía día tras día ocupado físicamente, soñando con poder escapar del gris plomo de su vida que consumía su ánimo dejandole en cenizas y brasas mal apagadas. Mañana será otro día, mañana será otra oportunidad para fallar.
domingo, 20 de diciembre de 2009
Babel
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
D...
ResponderEliminary otra oportunidad para aprender. No seas negativo
Muy bueno Calex!! :) Felicidades! jeje
ResponderEliminar¿este tb es actual? bueno ya me contaras. Un besete. Laura.
...
ResponderEliminar