sábado, 5 de junio de 2010

Percepción

Después de mucho tiempo he levantado la cabeza y he visto a un hombre intentando derretir un cubito de hielo a base de vaho sin ni siquiera darse cuenta de que estaba en una cámara frigorífica... "ya llegará la primavera" decía riéndose con un estúpido brillo en la mirada cuando le pregunté por su trabajo. Pobre imbécil, capaz de morir hipotérmico antes de darse cuenta de lo inutil de su empeño.

Cansancio acumulado caído a plomo con la masa de un yunque. Visión en tercera persona de una escena patética en todo su esplendor. Lo que para uno es perseverancia para otro es pesadez; lo que para uno es un avance, para el otro, ego. No sé dónde encontré las orejeras, no sé adónde preferí mirar ni en qué momento aparté la mirada. Me pareció algo tan triste que no lo aguanté y tuve que continuar mi eterno camino.

Hay días que te levantas con mal pie y otros que hubieras preferido cortártelo. Qué felicidad se tiene cuando se desea ser feliz y qué fácil es engañar a uno mismo durante toda la vida si se desea vivir engañado. Ese pobre hombre se siente satisfecho viendo una gota brotar sin darse cuenta de que se congela por la espalda. No se dará cuenta jamás, probablemente. Él es feliz así, no desea conocer nada más, es su meta.

Por el camino me encuentro decenas de imágenes parecidas, personas que entregan su vida a algún tipo de tarea estúpida, personas igual de ciegas que me sorprenden cada vez más. Uno de ellos secaba un charco con una toalla una y otra vez, sin percatarse de que el cubo donde escurría el trapo estaba agujereado. Vi otro bastante curioso, intentaba ajustar en una cama una sábana demasiado pequeña, pasando todo el tiempo de un lado para otro metiendo las esquinas.

En mi camino yo seguía buscando esa persona. Continuaba noche tras noche siguiendo esa estela, ese brillo de ilusión por el que me esforzaba cada día. Todo iba bien, todo parecía llegar a su fin hasta que me encontré a ese hombre del cubito por segunda vez. Y después vi al secacharcos, ¡y a todos los demás!... ¡Infeliz! ¡Subnormal! Yo que lo tuve más fácil no me di cuenta, ¡soy uno de ellos! Camino en círculos, llevo así toda la vida, esa es mi estupidez personal, esa es mi tarea imposible. Yo que pude verlo todo desde fuera y no me he dado cuenta hasta que se me ocurrió fijarme en las personas de mi alrededor. Yo que pude escapar a este destino hamsteriano y ni siquiera se me ocurrió esa posibilidad.

Ahora es tarde, miro atrás y no tengo nada, miro adelante y sé lo que me encontraré, pararse es la mejor opción... espera, ¡creo que he vuelto a ver ese brillo, y creo que esta vez estaba más cerca que nunca! Esta vez lo conseguiré, esta clarísimo. Ahora soy más listo, ahora tengo más experiencia y me moveré con soltura, total, este camino ya me lo conozco.
¡Escucha, creo que va por allí!

4 comentarios:

  1. Este texto me recuerda al estilo del guión del pasaje del terror que hicimos, jejeje, sobre todo la alocución del final.

    Sí, es una rabia cuando ves que no hay nada a tu alrededor, y que a pesar de zambullirte en ese lago en busca de un coral, te das cuenta de que al final no hay coral, ni piedras, ni nada... ¿y la ilusión con la que nos zambullimos?. En fín, el último párrafo tiene su peso en oro.
    Tranquilo, sé lo que es quererse cortarse un pie, y los dos pies también...
    Nube negra decía el maestro Sabina (escucha esa canción).

    Ánimo!

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  2. Pasa con frecuencia que caminamos en círculo sin intención de quemar calorías, más bien deseamos llegar a nuestro punto elegido. No somos conscientes en nuestro peregrinaje de ver que hay salidas laterales como si de una rotonda se tratase.
    Tal vez despojarse de las orejeras y percibir que somos capaces de reorientar nuestro camino sea lo más positivo. Simplemente hay que salir del círculo que nos lleva al vacío, a nada.
    Ánimos Calexiano, aunque te lo niegues, sabes que has de coger la salida y que el puntito que brilla a lo lejos te deslumbra y te impide ver la realidad. Ese brillo puede ser el relejo de tu deseo, un espejismo en tu desértico y lerdo camino circular.
    En tus posibilidades y no en tus deseos es donde te esperan todos los puntos brillantes. ¿Te resulta productivo vivir en círculo en busca de algo que tal vez no merezca ni la primera vuelta que diste?
    Abre los ojos a la realidad, tienes muchas rutas por delante para elegir.
    ¿Alquien desea quemar su combustible pensando que no va a llegar donde pensó ir?
    Despierta,sal y reinicia.

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  3. gracias a ambos por comentar...
    Kalle, qué gran pasaje del terror, es un recuerdo imborrable. Esa ilusión con la que te zambulles es justo parte de la respuesta para Venus. Gracias por lo del último párrafo, yo no lo consideraba nada especial (últimamente no considero nada de lo que escribo especial).
    Escucharé esa canción ahora, no recuerdo haberla oído anteriormente.

    Venus, el problema no es que no haya salidas, ni quedarse sin gasolina a mitad de camino. ¿Acaso estoy seguro de lo que veo? ¿En qué momento es acertado mi criterio? Dudas y más dudas, siempre presentes.
    ¿Merece la pena? Tal vez sí y tal vez no, en todo caso hay que probar para conocer. La realidad... la realidad es absurda, ¿para qué abrir los ojos y darse cuenta de que ya no brilla ni la Luna? Creo que, estúpidamente, gastaré la gasolina que me quede. Desconozco si llegaré al final pero, mientras tanto, escucharé buena música en el camino.
    Salir de la ruta, encontrar nuevas vías... suena todo idílico: una nueva aventura, un nuevo amanecer, una nueva caída.
    ¿Realidad?... sueño, supongo.

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  4. Después de una nueva caída, si la hubiere, habría una nueva remontada y un intentarlo de nuevo.
    Tu criterio es acertado cuando lo forjas con razones objetivas y convicción.
    Desde que vemos la primera luz y sesgan el cordón umbilical hemos de respirar por nosotros mismos.Tal vez el primer llanto esté relacionado con la toma de conciencia de que empieza nuestra lucha y la búsqueda del camino, que no deberíamos hacer hamsteriano.
    ¿Por qué no intentarlo mil veces? O más, mucho más.
    La luna se vuelve a llenar cada 28 días, si la esperas ganado mientras experiencias y sabiduria,la verás periódicamente.
    No te obsesiones con el cuarto menguante.
    Despiertos y activos, tenemos toda una vida para buscar nuestro sueño.
    Hay mucha belleza en el trayecto.
    Como la memoria es limitada, no malgastes ni un Gb en vivencias no gratas, reten lo más bello y sueña con lograr tus sueños en tierra firme.
    Seguiré leyéndote.Me gusta como te reflejas.

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