sábado, 7 de noviembre de 2009

Entre escaques blanquinegros

Escrito el 4 de agosto de 2005 a las 3:45 am


Hemos perdido la esperanza. Lo vemos todo negro
. Recuerdo cuando era pequeño que, caminando junto a un viejo amigo y observando los coches que cruzaban una y otra vez, le dije que imitara a una persona mayor, y me contestó que era fácil, que solo tendría que poner cara de que ya no quedan cosas importantes y que ya no esperábamos nada, ninguna ilusión. Ese día aprendí una lección, fue algo que no entendí al cien por cien en su día (cómo alguien no va a tener sueños?) pero que hoy lamento, al darme cuenta de la razón que tenía mi amigo. Pasa el tiempo y cada amanecer todo vuelve a perder la magia, los corazones maduran, nos endurecemos. Cada vez es peor, cada vez las ganas de levantarse menguan, pero ya no temo que se extingan. Antes lo temía, me daba pavor pensar en la muerte y en que no volvería a ver a "esa" persona, o que nunca llegaría a trabajar en eso que siempre había imaginado. Ya no.

Hemos perdido la esperanza. Lo vemos todo negro, pero ahora es con razón. Paseamos y a nuestro alrededor solo encontramos violencia, delincuencia y discusiones. Qué fue de la poesía? qué pasó con el amor de nuestra vida, con la media naranja? Acaso ya no nos importa el futuro? Estamos acabando con nuestro planeta. Las nuevas generaciones nacen bajo una atmósfera donde ya no hay brillo en las miradas. Donde la ilusión por el primer beso dura dos cubatas y la pareja ideal se evapora bajo la niebla. Donde los verdaderos amores los encontramos en los reality-shows y la primavera solo nos gusta porque hace buen tiempo.

Hemos perdido la esperanza. Lo vemos todo negro. Echo de menos sentirme pleno, sentirme feliz. Feliz!! escucháis? lo fui, fui feliz. Fui correspondido, amar y ser amado. Fue efímero, fue perdido, fui joven, pero fue. Hoy ya solo puedo pedir perdón, me disculpo ante ti por el daño que te causé, me disculpo ante todos por el dolor que he sido capaz de causar en todo este tiempo y, aunque no te lo creas y pienses que no va por ti, sí, te lo pido a ti. Te pido perdón, estoy harto del temor. Estoy harto de mirar atrás y no ver más que errores. No puedo más, no quiero volver a escuchar falsos testimonios. No quiero tener que volver a echarle la culpa al líquido de las lentillas. Deseo que seáis felices, que sonriáis, que améis lo que tenéis y no lo perdáis. Deseo perderme entre tus abrazos, marearme entre tus besos. Te echo de menos, puede que aún no te conozca, o puede que siempre estuvieras aquí. Puede que nadie lea esto, ME DA IGUAL, al que le importe un poco: Gracias por seguir aquí, gracias por andar el camino y no quedar en el primer agujero que encontréis. Seguid en la vía. No os rindáis, yo ya lo he hecho, no toméis ejemplo. Decidme adiós, pues será para siempre.

P.S: Mi amigo, el que una vez me dijo eso, nunca llegó a perder la esperanza. Descansa en paz amigo, encuentra la felicidad allá donde te encuentres.

4 comentarios:

  1. he caído en la cuenta de que nos conocimos en 2005, así que algo no cuadra con la respuesta que me diste respecto a este relato. jajaja.

    me gusta leer (releer) todo esto. y siempre me surgen mil preguntas sobre cuánto hay de realidad y cuánto de ficción :)

    un beso

    ResponderEliminar
  2. ¿debo decirte adiós para siempre cómo en tu relato dices? soy otra cualquiera, verdad? otra víctima cualquiera en ese camino tuyo?

    he de decir gracias con todo el dolor de mi corazón y mil lágrimas en mis mejillas.

    ResponderEliminar
  3. Nunca hay que decir adiós, y menos alguien que ha sido, y es, tan importante para mí. Nuestros caminos se habrán separado, intentemos recordar el tiempo en el que fueron la misma vía. Sigue buscando, piensa bien cada paso y camina con seguridad. Nunca te olvidaré Irene, jamás.

    ResponderEliminar
  4. :`) Gracias ....victima agradecida...

    ResponderEliminar